Los recursos para el financiamiento de proyectos provienen de dos fuentes generales:
De las utilidades no distribuidas, las reservas de depreciación o de otro tipo a las que se engloba bajo el nombre de “fuentes internas”.
Del mercado de capitales financieros y los bancos que constituyen las llamadas “fuentes externas”.
Ambos se relacionan entre si pues cuando las utilidades no distribuidas y las reservas de depreciación no se revierten en la propia empresa puede afluir al mercado de capitales y establecer una demanda de títulos o valores.
Es obvio que el financiamiento basado y fuentes internas solo serán posibles cuando el proyecto es desarrollado por una empresa ya existente o finalmente por el estado.
Las principales fuentes de financiamiento externo son aquellos que están formados por capitales extranjeros financieros, fundaciones u organizaciones gubernamentales sin fines de lucro.
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